LA CRISIS INSTITUCIONAL QUE YA FUE

 En el trascurso de este año se ha dicho que las instituciones del Estado estaban en crisis, esta afirmación seria cierta si las grandes manifestaciones ciudadanas ocurridas desde 2010 a la fecha hubiesen tenidos un ente conductor que las hubiera centralizados y generalizados más estas luchas tras un programa de gobernabilidad y de cambios profundos, no de tímidas reformas, sino de cambios revolucionarios que pongan fin al estado subsidiario implantado por la dictadura cívico-militar, terminado con la Constitución del 80 dejada por Pinochet que institucionalizo el neoliberalismo, ya que en un momento dado de este año se dieron algunas de las condiciones necesarias para el triunfo de una revolución democrática: el Ejecutivo, es decir el gobierno en crisis ante la total desaprobación del pueblo y sin saber salir de ésta; el Parlamento, los políticos y los partidos burgueses despreciados ante el pueblo por corruptos y vendidos; la Justicia en la que nadie cree, ya que ve que los corruptos se les hace juicio abreviado, saliendo a la calle libre de polvo y paja, al igual que los delincuente juveniles, y a ejercer nueva mente como parlamentarios; los grandes bloques económicos aterrorizados se vieron en la necesidad a saltar a la arena política en defensa de sus intereses de clase, exigiendo junto a la derecha y a las FF.AA, a la Democracia Cristiana, la Iglesia y el embajador de EE.UU. el termino de las reformas tributaria, laboral y educacional, así como la reforma a la Constitución del 80, reformas que el viento se llevo, así como una posible revolución, por ahora.

    Las últimas elecciones municipales con una abstención del 67% de las personas con derecho a votos, viene a reafirmar el rechazo de la vieja clase política con la que el pueblo no quiere nada e incluso con la nueva generación provenientes de una izquierda democrática, pero la cual no logro atraer nuevos votantes, si bien logro sacar un alta votación en Valparaíso, no logro romper la alta abstención, al igual que esa izquierda revolucionaria que logro juntar adherentes voluntarios para poder inscribirse como partido para participar en las elecciones, obteniendo ésta una miserable, por no decir, nula votación, no superaron el 0,6% que le permita seguir en la  lucha electoral. Razones, se sumaron al circo electoral que les propuso la burguesía, no hicieron ninguna propuesta que estuviera encaminada a promover un gran movimiento nacional por romper con la actual institucionalidad, en la que insiste la burguesía en encerrar las demandas del pueblo que reclama mayor control sobre los que ejercen el poder, mayor participación en destino del país, en otras palabras, quieren una democracia  más participativa. La actual institucionalidad no se lo permite, desde ya se le esta encerrarlo en el cerco de las elecciones presidenciales, con la cual quiere adormecerlo con la pugna entre Lagos y Piñera por la presidencia de la republica con el objeto de parar las movilizaciones ciudadanas.

    La derecha canta victoria por haber logrado superar por 3 puntos a la Nueva Mayoría en las últimas elecciones, el haber logrado arrebatarle a ésta última la Alcaldía de Santiago, pero se olvido que perdió la de Concepción y Valparaíso, en un universo lectoral del 33% del total de los votantes del país. Por tanto no hay nada que celebrar, mucho menos la Nueva Mayoría (que pena  da ver al Partido Comunista revisionista arrastrado al fango burgués. Eso le pasa por ser tal rastrero y lame c… de la burguesía), que se muerden entre ellos teniendo como plato principal a Michel Bachelet a la que recurrieron para derrotar a la derecha, a la que ahora culpan de su derrota electoral

     La alta abstención electora nos muestras que la crisis institucional es producto de falta de representatividad de la institucionalidad actual de los problemas que aquejan al pueblo, la que ha permitido la grandes diferencias del ingreso nacional entre los que trabajan y los que lo explotan,  se debe a que el pueblo no esta viendo al Estado como un arbitro entre ellos y los grandes grupos económicos, sino que ve que éste juega abiertamente a favor de estos últimos, provocando la inquietud en los operadores políticos que piensan que el perder el control del estado sobre las masas trabajadoras quedarían expuestos a un caos institucional.

    La izquierda extraparlamentaria no debe sacar cuentas alegres de ésta última suposición de los operadores políticos, ya que el alto porcentaje de abstención se ha dado principalmente en los sectores más excluidos del capitalismo, los que sufren en mayor rigor los efectos del neoliberalismo y su abstención más que un rechazo a la institucionalidad vigente, es una actitud de indeferencia al proceso electoral, mostrando un bajo nivel político y que por lo  general, gran parte de esta, se abstiene de participar en manifestaciones publicas en las que no vea un interés inmediato a su situación económica social. El lograr que el pueblo se movilice tras un objetivo político de carácter nacional conlleva una gran campaña de esclarecimiento como el que se ha logrado a través de varios años movilizar grandes multitudes contra NO+AFP, la que igual que la movilización de los estudiantes por una reforma educacional para erradicar el lucro de ésta. Ambas golpeando fuerte contra el neoliberalismo, en las cuales la izquierda extraparlamentaria como bloque ha estado ausente, con algunas exenciones individuales que se han mantenido junto al pueblo, logrando algunos de ellos lideradlas o por lo menos tener un rol importante en éstas o en otras manifestaciones menores. Muchas son las razones de esta no existencia de una izquierda revolucionaria en el amplio movimiento de masas de nuestro país e incluso en el amplio movimiento estudiantil: el estar conformadas por un ciento de micros organismos que se hacen llamar vanguardia del proletariado, otros más osados, se llaman el partido del proletariado, esto como producto de la gran dispersión ideológica que provoca el trotskismo, el guevarismo, el maoísmo, el anarquismo, etc.; el individualismo de los que se ponen a la cabeza de estos  grupúsculos los que se creen los iluminados que van a salvar a la humanidad de los horrores del capitalismo, verdaderos cuellos de botella que impiden el desarrollo de sus seguidores en el estudio del Marxismo que pongan en peligro su liderazgo en su grupo, son los que se oponer a la unificación entre los de su misma tendencia o con otras agrupaciones a formar un bloque por temor a perder su parcela.

    Pero los procesos revolucionarios suelen a veces ser lentos, pero nunca detenerse por la falta o atraso del desarrollo de la vanguardia política del proletariado. La presión que ejerce una burguesía depredadora sobre las masas explotadas lleva a éstas, más tempranos que tarde, a luchar por sus reivindicaciones más sentidas. Hoy se hacen a través de manifestaciones y/o concentraciones publica masivas de la población, llamadas por organizaciones ciudadanas, las que se han transformados en valiosas herramientas de presión, a pesar que el movimiento sindical chileno continua en una etapa de huelgas reivindicativa y sin coordinación entre ellas ( exectuando los funcionarios públicos) causado por la acción de los partidos de la concertación y el revisionista partido comunista (hoy “Nueva Mayoría”) los que controlan la Central Unitaria de Trabajadores - CUT , la que han trasforma en oficina de relaciones publica de los gobiernos del conglomerado del centro burgués, el que ha sacado adelante una reforma laboral a espalda de los trabajadores y totalmente contraría ha la clase trabajadora. Son estos los que buscan controlar las manifestaciones ciudadanas para colocarlas al servicio de sus intereses partidarios, lo que provoca el rechazo de la población a todo tipo de partidos políticos por el uso y el abuso que estos han hecho de sus organizaciones sindicales y sociales, igual error a cometido la izquierda extraparlamentaria que busca arrebatarle dichas organizaciones al bloque reformista burgués, al pretender dividir al proletariado por tendencias políticas a fines a ellos.

    No han faltados esos intelectuales de izquierda que les gusta escribir sobre la “praxis”, para desprestigiar la teoría marxista-leninista ha nombre de Marx, del cual se dicen conocedores de su obra y ser los indicados para interpretarla a la realidad, a la “praxis”, los que concluyen que las manifestaciones ciudadanas hacen innecesaria la existencia de la vanguardia del proletariado, un partido proletario, un Partido Comunista Marxista-Leninista, el cual que surgirá, a pesar de lo que digan estos “ideologos”, cuando la juventud revolucionaria dejen de lado las diversas manifestaciones de la ideología pequeño burguesas y de revisionismo, siguiendo las enseñanzas y experiencias practicas de los clásicos del Marxismo-leninismo.